Carta pedagógica: Hábitos de higiene en la primera infancia

Carta de Club Libritos

Acompañamiento del libro:  Pato está sucio

¿Qué entiendes tú por higiene? La mayoría de las personas cuando escuchamos la pablara higiene nos viene a la mente cualquier actividad que realizamos en nuestra vida diaria, con el objetivo de conservar la salud y prevenir enfermedades.
 Por su parte, la higiene personal es el concepto básico del aseo, limpieza y cuidado de nuestro cuerpo, y como es lógico, los hábitos higiénicos no son algo aislado, sino que guardan relación con otras actividades fundamentales que todos debemos de llevar a cabo diariamente: comer, dormir, jugar, ir al baño, mantenerse limpio, etc. 
Los primeros años de vida, desde los 12 meses hasta los 8 años, se clasifican como primera infancia, y se caracteriza por ser un momento único en el que el desarrollo infantil alcanza avances sorprendentes. La mayor parte de los hábitos son adquiridos durante esta etapa de desarrollo y, una vez bien establecidos, no se olvidan jamás.
 Durante esta etapa los niños y niñas reciben una mayor influencia de sus entornos y contextos, de este modo, lo que viven en sus primeros años da forma al resto de su vida, pues son estas primeras experiencias las que sientan las bases de la arquitectura neuronal del niño o niña en cuestión, determinando la robustez o debilidad de su capacidad de aprendizaje, de su salud y en general del comportamiento que adoptarán durante su vida.
 Los principales indicadores del desarrollo de un niño o niña al final de esta etapa (entre los 6 y 8 años) son:
  • Área cognitiva
En esta etapa el niño desarrolla la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona y comprender lo que percibe, siente, piensa o cree, aunque sea distinto a lo que ha aprendido, desarrollando su empatía para ponerse en el lugar de otras personas.
  • Área del lenguaje
Mejoran el control en el uso del lenguaje, pudiendo expresarse con mayor claridad y haciendo uso de sus habilidades de comunicación para resolver problemas o malentendidos.
  • Área socioemocional
La capacidad de empatía enriquece las relaciones sociales, motivando a los niños a rodearse de la compañía de otros pequeños, con los que aprenden juntos mientras comparten tiempo jugando y descubriendo el mundo a su alcance.
  • Área motora
Dominan el control de esfínteres, se mueven por todos lados corriendo, saltando, escalando, se esconden por doquier y disfrutan de la independencia de movimiento que han desarrollado.
 
Por el nivel de crecimiento en su desarrollo cognitivo y físico, es fundamental para su aprendizaje el adoptar hábitos de higiene. Un niño que se acostumbra a permanecer limpio y a convivir en un ambiente aseado mantendrá esa costumbre el resto de su vida.
Como concepto básico, los hábitos de higiene personal para niños engloban el aseo, la limpieza y el cuidado de su cuerpo, así como de los espacios, ropa, utensilios y trastes que utilice en casa. Va más allá de lavarnos las manos y los dientes, implica aprender a bañarse procurando cada parte de nuestro cuerpo, los productos que necesitamos para hacerlo y al terminar, secarnos, vestirnos, colocar la ropa sucia en su lugar y arreglarnos para lucir presentables.
El cuidado de uñas, dientes y cabello son otras áreas que se deben atender. En conjunto, entre las principales medidas de higiene que un niño debe tener se encuentran:
  • Cambiar de ropa todos los días
  • Lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño
  • Limpiar con cuidado sus orejas y nariz
  • Mantener sus zapatos y ropa limpia.
  • Tener las uñas limpias y cortas
  • Posterior a una actividad física, bañarse para quitarse el sudor y la suciedad
La higiene se amplía también a un buen aseo en el hogar y el salón de clases. Mantener limpia la casa, las habitaciones y áreas compartidas no solamente fomentan un buen aspecto visual, también disminuye los riesgos de contraer una enfermedad infecciosa.
Prácticas esenciales para una higiene adecuada
Aunque en un inicio los padres de familia sean quienes velan por la salud de los peques, conforme crecen también podrán aprender algunos hábitos y añadir estas prácticas a su rutina diaria.
  • Lavarse las manos con agua y jabón antes de comer o preparar alimentos, después de ir al baño y después de tomar cosas sucias
  • Bañarse todos los días
  • Lavarse los dientes después de cada comida
  • Utilizar hilo dental y enjuague bucal
  • Cubrirse la nariz al toser o estornudar
  • Dividir la basura en orgánica e inorgánica
  • No tirar basura fuera de los botes
  • Mantener su entorno limpio y ordenado
  • Bañar y cepillar a sus mascotas
  • Tomar suficiente agua purificada
  • Aprender a lavar frutas y verduras antes de comerlas
Dependiendo de la edad del peque, estos y otros hábitos pueden ser enseñados y aplicados para mantener estas actividades como una conducta formativa que conserven para su vida adulta.
Mantener buenos hábitos de higiene personal y aseo con los niños, junto con un esquema de vacunación completo, permitirá que cada pequeñito lleve una vida lo más saludable posible durante su crecimiento. Estas prácticas no solamente promueven la salud física, sino que también contribuyen al desarrollo cognitivo y emocional, fortaleciendo las bases de su capacidad de aprendizaje y socialización.
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