El secreto para que tu pequeño/a aprenda más fácil y mejor

 

No hay niños buenos o malos en matemáticas, español o ciencias, lo que hay son distintas habilidades cognitivas que nos hacen aprender mejor de cierta forma. Por ejemplo, a primera vista podría parecernos que un niño que es bueno memorizando, y por consiguiente se sabe perfectamente las tablas de multiplicar, es un niño bueno en matemáticas, sin embargo, otro niño que le esté constando aprenderse las tablas, pero que tenga un buen razonamiento, podría comprender el funcionamiento y lógica de las tablas en mayor profundidad. Esto no quiere decir que uno u otro sean mejores, simplemente nos muestra que cada cual tiene un aproximamiento distinto a las matemáticas, dependiendo de su o sus tipos de inteligencia.

 

¿Has escuchado alguna vez el término “inteligencias múltiples”? La teoría de las inteligencias múltiples fue propuesta en 1983 por Howard Gardner. En esta teoría la inteligencia no es vista como algo unitario que agrupa distintas capacidades específicas, sino como un conjunto de inteligencias, distintas y semi-independientes entre ellas. Las distintas inteligencias propuestas son:

 

¿Conoces a algún pequeño al que, en cuanto sientas en un escritorio a hacer un trabajo o le pides que estudie, comienza a moverse, brincar, saltar en la silla? Hay personas que aprenden mejor cuando su cuerpo está en movimiento.

 

Los arquitectos, diseñadores, ingenieros, artistas, ilustradores… son ejemplos de personas con una inteligencia viso-espacial. Sus cerebros procesan bien los espacios, las distancias, el diseño, la estética. Si alguna vez tienes problema con encajar en un espacio pequeño algo que sabes que debe de encajar, pide ayuda a un viso-espacial y seguro que lo encaja.

Hay gente que dice que los números le hablan, o que son “cosa de lógica”. Para estas personas, como fueron en su momento Albert Einstein, Isaac Newton, Pitágoras… es fácil comprender a fondo el funcionamiento de las matemáticas y los números, así como situaciones de la vida en las que entre en juego la lógica.

 

¿Conoces a alguien que sabe expresar perfectamente, ya sea de forma hablada o escrita, algo? Muchas veces, los escritores, conectan tanto con nosotros porque pensamos “sabe justo lo que estoy sintiendo” o “ni yo mismo lo habría podido explicar mejor”. Es porque las personas con esta inteligencia tienen la capacidad de comprender, utilizar y manipular las palabras de forma productiva. Un ejemplo de esto pueden ser presidentes, escritores, oradores, activistas…

Las personas muy sociables a menudo pertenecen a esta categoría. Son personas que tienen facilidad para descubrir diferentes estados de ánimos en los demás, sus motivaciones o intenciones, y quizá manipularlos, ya sea para bien o para mal.

 

La reflexión, análisis interno y auto-conocimiento son palabras conocidas para las personas con esta habilidad. Saben bien lo que buscan, conocen sus habilidades y limitaciones y pueden cambiar o mejorar dependiendo dependiendo de sus metas.

¿Te suena conocida esa persona que ama las plantas y siembre lo que siembre se le da bien? Caminan por la calle y conocen los distintos tipos de plantas y árboles.

 

 

Cuando conocemos nuestros tipos de inteligencia, así como las de nuestros pequeños (se puede tener una o varias inteligencias a la vez) es más sencillo buscar la manera de lograr que aprendan de forma que se les facilite y les resulte interesante y natural el camino del aprendizaje.

Quizá ver una película de la historia de Egipto le ayude al pequeño que tiene una inteligencia visual, o correr de un lado a otro del jardín mientras mete pelotas en una canasta le ayude a la pequeña que quiere aprender a sumar y tiene una inteligencia kinestésica.

¿Ya tienes ubicada una o varias de las inteligencias de tu pequeño/a?